Un Ejemplo en Camboya. Regreso después de un tiempo. Es uno de esos días que yo llamo difíciles. El trajín del día a día me hace colapsar y sentirme impotente: la sensibilidad característica me debilita aún más. Al final cuando todo está en silencio, busco relajarme y enciendo la televisión. Quería algo para bajar la andrenalina, y sabía que no iba a encontrar la anhelada paz tan rápidamente; no necesitaba un libro; quería algo frívolo, tal vez sin sentido.. quizás una de esas comedias que uno se ve en el cine y la repite una y otra vez. Sin embargo, Dios siempre sabe cómo llegar a nosotros, cómo tocar nuestra sensibilidad, cómo fortalecer nuestra fe, valentía, y hacernos recapacitar. No encontré ninguna película que pueda hacerme reir. Nada sonaba interesante. Entonces decidí dejar la señal en un canal de España. Se trataba de un documental sobre las minas antipersonas en Camboya (Asia). Allí estaban en la pantalla, un grupo de niños que habían sido mutilados al pisar una de estas minas. Algunos de ellos habían perdido una pierna, un brazo, y en los casos más dramáticos, dos piernas y un brazo; estos niños y jóvenes participaban en un albergue, donde recibían atención, y aprendían a valerse por sí mismos. UN grupo de voluntarios españoles, encabezados por el obispo Kike Figaredo, llamado el obispo de la silla de ruedas, trabajan junto a estos menores para demostrarles que pueden salir adelante. Para ellos no hay un límite, y mejor aún su sonrisa es el reflejo de a felicidad. Han logrado salir adelante, encuentran apoyo en su grupo, aprenden baile, música ( E incluso cantan en Español!!!)Son niños y jóvenes responsables que asumen sus obligaciones sin lamentarse. Fue impresionante ver el esfuerzo que hacen para arreglar su habitación y lavar s ropa. Son un ejemplo de superación, de alegría, de ganas de vivir. NO hay nada por qué quejarse, el mundo y el cambio está en nuestras manos. Las imágenes dicen más que mil palabras, los dejo con un video de los jóvenes camboyanos . Baile de esperanza